La evidencia abruma
El agente Johnson, con expresión severa, sacó un pequeño reproductor y presionó play. “Tus palabras, Steve”, dijo con firmeza. La sala se llenó con la voz de Steve detallando el robo del anillo, mientras se mostraban fotografías del objeto sustraído junto con la documentación del museo. Las pruebas eran irrefutables, dejando a Steve completamente acorralado y abrumado.

La Evidencia Abruma
Una segunda admisión
El peso de sus acciones cayó sobre Steve, haciéndolo respirar hondo mientras sus hombros se hundían. “Vale, vale”, susurró con la voz cargada de arrepentimiento. “Lo hice. Cogí el anillo, pensando que lo cambiaría todo para nosotros”. Buscó la mirada de Melissa con la esperanza de encontrar comprensión, pero solo vio en sus ojos decepción y dolor.

Una Segunda Admisión