Las normas de privacidad limitaban la revelación
Mark me explicó que las normas de privacidad limitaban lo que podía revelar, lo que me dejó con más preguntas que respuestas. “No puedo contártelo todo”, dijo, con la frustración asomando a su voz. “Hay acuerdos de confidencialidad que debo respetar” Fruncí el ceño, con una punzada de decepción apretándome el pecho. “Entonces, ¿qué puedes decirme? Pregunté, esforzándome por mantener un tono firme. Mark suspiró, su mirada se suavizó con simpatía. “Te diré lo que pueda -prometió, con voz tranquila pero firme.

Las normas de privacidad limitan la divulgación
Preparada para absorber información
Intrigada, me senté, preparándome para cualquier información crucial que Mark hubiera descubierto sobre las intenciones de mi marido. “Muy bien, cuéntame todo lo que puedas”, dije, inclinándome ligeramente hacia delante. Mark asintió, respirando hondo antes de hablar. “Tu marido sospechaba que alguien manipulaba sus finanzas”, empezó. “No tenía pruebas concretas, pero le preocupaba lo suficiente como para contratarme” Escuché atentamente, con la mente acelerada por mil posibilidades, intentando reconstruir la verdad oculta.

Listo para absorber información